Categoría: Artículos
Autor: Mirtha Zamudio
Directora independiente de COFIDE y miembro del Consejo Directivo de CDO LATAM
20 junio, 2024
. 3 minutos de lectura.
Como órgano de gobierno de mayor responsabilidad, debe ser el principal impulsor del cambio cultural.
Desde hace un tiempo, las empresas piensan en la conveniencia de empezar una transformación digital, palabra que abarca mucho más de lo que se conoce o imagina. La vinculan, generalmente, a dos palancas: la automatización y/o digitalización de procesos. Si bien ambas son importantes porque permiten reducir costos y tiempos, atienden solo al frente de la eficiencia. De manera general, la transformación digital está centrada en cómo aprovechar el avance acelerado de la tecnología para reforzar y/o desarrollar capacidades orientadas a crear más valor para el negocio en beneficio de los clientes.
Una transformación digital exitosa depende de muchos factores, pero hay dos que considero de mayor relevancia: (1) Impulso desde la alta dirección, y (2) Gestión de los desafíos personales. Para impulsar ambos factores, se necesita un trabajo conjunto entre el directorio y el CEO porque implica un cambio cultural y estratégico.
El directorio, como órgano de gobierno de la empresa, tiene la responsabilidad en la formulación de estrategias y debe ser el principal impulsor del cambio cultural. Debe estimular una constante adecuación al cambio para lograr el crecimiento y generación de valor sostenible en las organizaciones.
Para el primer factor, el directorio debe trabajar junto al CEO para que toda la organización asuma con compromiso y convencimiento la transformación digital. El directorio puede impulsar este objetivo, además de sus aportes respecto a la diversidad de perspectivas y experiencias, comprendiendo mejor las conexiones entre el negocio, la tecnología, la analítica, y los procesos con visión end-to-end. De esta forma, podrá desafiar el statu quo de la empresa con constantes preguntas, para retar al equipo con el ánimo de innovar.
Sobre la base de mi experiencia y conversatorios en diversos foros con directores, compartimos que uno de los mayores retos para iniciar la transformación digital se concentra en las personas. Gestionar los egos personales de los líderes, que deben aprender a ceder recursos y protagonismo para formar equipos multidisciplinarios empoderados y con autonomía, constituye un reto importante.
Por tanto, para la gestión de desafíos personales, el CEO debe convencer a su primera línea de tener una visión más colaborativa y no estanca. Esto conlleva un cambio de liderazgo, enfocado más desde el servicio que desde el control. Dicho liderazgo debe ser fomentado desde el directorio, pues la transformación debe estar alineada con la estrategia y ser parte de su agenda.
Para impulsar que la organización desarrolle las capacidades necesarias y se apoye en las metodologías y herramientas adecuadas, se recomienda contar con asesoría con experiencia en haber llevado a cabo esta transformación. Junto a un equipo interno asignado para este objetivo, se logrará tener una hoja de ruta ad hoc.
Impulsar la transformación digital desde el directorio es posible y representa un compromiso. La pregunta que debemos hacernos desde el directorio es: ¿Estamos siendo esa palanca de cambio que acompaña al CEO y su comité ejecutivo para acelerar su proceso de transformación digital?